Cultivando la efectividad personal desde la tranquilidad: Un enfoque en la atención

¿Te gustaría un momento de pausa, de silencio, donde puedas clarificar tus ideas, poner en orden tus propósitos y conectar contigo mismo?

 

En un mundo hiperconectado, la atención se ve amenazada constantemente por notificaciones, correos electrónicos y redes sociales. Nos pasamos la vida de un lado a otro, incapaces de prestar atención a las cosas que realmente son importantes. De ahí que, en este mundo digital, lleno de distracciones y estímulos que nos roban nuestra serenidad, la atención se ha convertido en un recurso valioso que, si los desarrollamos, nos permite ser más efectivos en nuestras tareas y vivir de una manera más plena. Este blog, se centra en cómo cultivar la atención desde la tranquilidad, con el objetivo de impulsar nuestra efectividad personal a otro nivel. 

 

Como dijo William James “Todo mundo sabe que es la atención. La atención es un foco”. Foco, es la capacidad que tenemos para atender selectivamente a algo del entorno. 

 

La atención, podríamos decir, es uno de los cimientos de la Efectividad Personal. Cuando estás atento, profundamente sumergido en la tarea que estas realizando, libre de distracciones e interrupciones, tienes tu mente enfocada en el presente, estás tranquilo y sereno y concentrado, lo que te permite ser efectivo en lo que haces. Sin embargo, nos cuesta las actividades que exigen una concentración más continúa. “Perdimos el sentido de concentración y el cómo podemos recuperarlo.” 

 

La efectividad no va de la mano de la multitarea y la velocidad, no se trata de ganarle horas al día. La verdadera efectividad surge cuando aprendes a ralentizar y centrarte en una tarea a la vez. Estar atento desde la tranquilidad te permite poner freno a las distracción e interrupciones. Sin embargo, nunca parece haber el suficiente tiempo en calma, el necesario espacio para poder detenernos a pensar. En palabras de Hari “Hemos de lidiar con nuestros problemas de atención antes de intentar conseguir ninguna otra meta sostenida”.

 

Lo primero sería preguntarte por qué te dispersas, si comienzas con una tarea y sin pensarlo mucho, terminas realizando otras actividades que no tenías previsto. ¿Qué te lleva a la dispersión en el trabajo?, entre las razones podrían estar la multitarea, la constante avalancha de notificaciones o el estrés y agotamiento mental no gestionado. 

 Hari, Johann. “El valor de la Atención”. Barcelona: Ediciones Península. Edición: 2023.

 

Como diría Earl Miller “Si quieres hacer las cosas bien no tienes más alternativa que concentrarte cuidadosamente en una cosa a la vez”. Se trata de planificar y decidir centrarse en una tarea a la vez, con el tiempo suficiente para enfocarte en la actividad y lograr el estado de concentración. Sin distracciones e interrupciones y con el ambiente adecuado. 

 

Existen diferentes herramientas poderosas para mejorar nuestra capacidad de concentración y reducir el estrés, como la atención plena o mindfulness. Además, es indispensable aprender a desarrollar la habilidad de gestionar nuestro tiempo, de planificar, priorizar lo esencial y descartar todo lo que no te lleva a tus objetivos. 

 

Una de las técnicas para mejorar la atención es tomarse unos momentos de descanso para recargar tu mente, son descansos estratégicos para mantener la atención sostenida. Es necesario establecer pausas efectivas que revitalice tu mente. Es importante poder alejarnos conscientemente del día a día, para poder enfocarnos mejor y regresar a la actividad con una mente más clara y serena. 

 

También ayuda el aprender a decir NO de una manera respetuoso, para poner límites y poder centrarte en lo realmente importante. Una fuente de estrés es decir a todo que sí, y comprometernos con más tareas de las que realmente podemos responder. 

 

Un aspecto esencial es gestionar tus dispositivos. Si bien son herramientas potentes, pueden ser una fuente de distracción, por tanto, puedes configurar las notificaciones para adoptar hábitos digitales más saludables minimizando las interrupciones. El control de las distracciones es importante dado que, lo único que tenemos en la vida es tiempo. Las interrupciones deterioran nuestra capacidad de concentrarnos y de pensar con claridad. 

 

Varios son los estudios y las cifras que se manejan en torno al tema de la desatención. Un trabajo de investigación realizado por La Universidad de California, en Irvine, y Microsoft encontró que, si estamos concentrados en algo y nos interrumpen necesitamos «23 minutos y 15 segundos» para volver a concentrarnos en la tarea que estábamos realizando. Según una encuesta realizada por Udemy, la plataforma de aprendizaje en línea, en 2020, el 70% de los empleados afirmaron que se sienten distraídos en los trabajos y el 54% considera que afecta negativamente su productividad. El tiempo de media que se mantiene en una misma tarea un adulto que trabaja en oficina es de 3 minutos

 

Para vencer cualquier hábito destructivo, una de las herramientas más eficaces de que disponemos es el “compromiso previo”.  Comprometer a la versión futura de ti mismo. Esto reduce tus opciones, te “atas a ti mismo el mástil”, como diría Johann Hari. 

 

Otra herramienta potente es la planificación, transformar el caos en una programación de tu tiempo. Organizar bien la agenda, ordenar estratégicamente la lista de pendientes estableciendo prioridades y asignando tiempos específicos para cada tarea. Es necesario establecer metas realistas, evitando la sobrecarga y concentrándote en lo que realmente puedes manejar.  Es esencial definir y escoger claramente una meta y te dedicas a lograrla, concentrándote solamente en dicha meta. Una meta que tenga sentido para ti, que realmente merezca la pena dedicarle el tiempo, dado que solo ponemos atención en las cosas que realmente nos importan. 

 

Además, busca un entorno de trabajo adecuado para la concentración. Principalmente, en los momentos de alta concentración para enfocarlos en las tareas importantes, es esencial crear el medio propicio para la productividad, libre del ruido digital y la sobrecarga de información. 

 

La capacidad de concentrarte en una tarea específica es la esencia de la productividad. Sumergirte en el trabajo, ignorando las distracciones superfluas, para lograr finalizar la tarea y mejorar la calidad del trabajo realizado. 

 

El camino más potente para salir de la desatención es encontrar nuestro estado de concentración. Este estado relaja el cuerpo y abre la mente. Para recuperar la atención no solo demos eliminar las distracciones e interrupciones, además, sustituirlas por fuentes de concentración, es decir, dedicarnos a una tarea por vez, que tenga sentido y nos entusiasme. 

 

“Lo que sacrificamos (con la falta de atención) es la profundidad en toda clase de dimensiones. La profundidad requiere tiempo y requiere reflexión”. Sune Lehmann. 

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